Señorita A. E.
Me dirigo a usted para hacerle conocedora de la penosa gestión de las prácticas de este año. Me gustaría empezar recordándole que no fue usted consciente hasta Octubre de que en un centro (el único que ha llegado a mis oidos, porque doy por hecho que habrá más) había tres solicitudes para dos plazas, lo que obligo a dos alumnos a renunciar a su plaza de primer cuatrimestre (que por cierto, habían solicitado en Mayo) para acceder a ella en Febrero.
Otra de las cosas a las que ha llevado la falta de capacidad para desarrollar su labor de coordinadora del practicum de educación es que una alumna se ha visto obligada a hacer las prácticas en un centro que no era el que había pedido inicialmente, cosa de la que se le informo en septiembre. Tenga en cuenta también que dicha alumna se enteró solo porque tuvo la suerte de que se le ocurrio pasar por su despacho.
Por otro lado, usted no hace más que afirmar que entre mi centro de prácticas y la UPV existe desde hace años un acuerdo para coger alumnos en prácticas. Sin embargo, he hablado en persona con la directora de mi centro y me dice que dicho acuerdo es inexistente; de esta forma, me veo en obligación de pedirle la hoja de evaluación que usted me dijo que no era necesario enviar a mi centro, gracias al acuerdo que según usted, debe existir antes de que se abriera la facultad. Me gustaría que supiera, señorita Amaia, que mi estancia de prácticas en este centro solo se prolongará hasta Enero y que mi hoja de evaluación ya debería estar en manos de los trabajadores de dicho centro. Puedo entender que la labor de mandar la documentación necesaría sea de mi tutor interno dentro de la universidad, pero por si no se acuerda, en su día se le "olvido" a usted asignarme uno.
Por todo esto, llevo días intentando comunicarme con usted por telefono llamándole al despacho una y otra vez, pero usted nunca está disponible, y parece ser que su becaria tampoco. Entiendo lo tentador que es dejar el trabajo a media mañana para ir a tomar un cafe (largo), sobre todo teniendo tantas cafeterías tan cerca. Pero en vista de lo acontecido hasta ahora y por las experiencias agenas de otros años que han llegado a mis oidos, me gustaría pedirle que medite usted si está preparada para para llevar a cabo el cargo de coordinadora que le ha sido asignado, y cuando llegue a la conclusión de que no, cedáselo a alguien que de verdad se preocupe por nuestro futuro. Y si el problema es que tiene usted miedo de que no le de su sueldo para saborear esos deliciosos cafes que se toma a lo largo de toda una mañana, no se preocupe, que si me asegura de que la gestión va a empezar a mejorar yo misma me encargaré de invitarle a uno.
Firmado: Una alumna que está hasta las narices de ser ignorada.
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